En este artículo hablaremos sobre Calle de la Flor Alta, un tema que ha generado interés y discusión en diferentes ámbitos. Calle de la Flor Alta es un tema que ha capturado la atención de expertos y aficionados por igual, con diferentes enfoques y perspectivas que merecen ser explorados. A lo largo de la historia, Calle de la Flor Alta ha tenido un impacto notable en la sociedad, la cultura y la vida cotidiana, provocando debates y reflexiones que siguen siendo relevantes en la actualidad. A través de este artículo, nos adentraremos en el mundo de Calle de la Flor Alta para comprender mejor su importancia y su influencia en diferentes contextos.
Calle de la Flor Alta | ||
---|---|---|
Madrid, España | ||
Placa cerámica de la calle, obra de Alfredo Ruiz de Luna. | ||
Otros datos | ||
Distrito(s) | Centro | |
Barrio(s) | Universidad | |
Orientación | ||
• este | calle de los Libreros | |
• oeste | calle de San Bernardo y Gran Vía | |
Cruces | calle de San Bernardo y calle de los Libreros | |
Ubicación | 40°25′18″N 3°42′26″O / 40.421591666667, -3.7072138888889 | |
La calle de la Flor Alta es una vía pública de la ciudad española de Madrid, situada en el barrio de Universidad, distrito Centro, que une la calle de los Libreros con la intersección de San Bernardo con Gran Vía. Cruzando diagonalmente esta última en dirección noroeste se continúa en el breve tramo denominado calle de la Flor Baja que muere en Leganitos, a escasos metros de la Plaza de España.
La «Flor Alta» une la calle de los Libreros, antaño «de la Justa», con la calle de San Bernardo. Aparece con ese nombre en el plano de Texeira de 1656 y en el de Antonio Espinosa de los Monteros de 1769. Hacia 1889 se conservaban antecedentes de construcciones particulares en la calle desde 1784.
El origen de su nombre, según la tradición popular, le viene de la casa de recreo que tuvo García de Barrionuevo de Peralta en los terrenos luego ocupados por la plaza de los Mostenses, y de la división de sus jardines y huertas en huertos de flores altas y de flores bajas. Tras venderse la finca, quedaron los nombres de «Flor Alta» y «Flor Baja».
En su recorrido se encuentra el llamado palacio de Altamira, que empezó a construir Ventura Rodríguez como residencia del duque de Altamira, pero cuyo proyecto original no llegaría a culminarse. En el número 9 estuvo a finales del siglo xix, el Centro Instructivo del obrero, inaugurado el 9 de enero de 1887.