Hoy en día, Mussolini: último acto es un tema que ha cobrado cada vez más relevancia en la sociedad. Con el paso del tiempo, hemos visto cómo Mussolini: último acto ha ido ganando espacio en diferentes ámbitos, desde la política hasta el entretenimiento. Es evidente que Mussolini: último acto ha generado un gran impacto en la forma en que vivimos y nos relacionamos con el mundo que nos rodea. En este artículo, exploraremos las diferentes facetas de Mussolini: último acto y su influencia en nuestra vida diaria, así como los retos y oportunidades que presenta para el futuro.
Mussolini: Ultimo atto | ||
---|---|---|
![]() | ||
Ficha técnica | ||
Dirección | Carlo Lizzani | |
Producción | Enzo Peri | |
Guion |
| |
Música | Ennio Morricone | |
Fotografía | Roberto Gerardi | |
Montaje | Franco Fraticelli | |
Vestuario | Ugo Pericoli | |
Protagonistas |
| |
Ver todos los créditos (IMDb) | ||
Datos y cifras | ||
País | Italia | |
Año | 1974 | |
Género | Biografía, cine bélico y drama | |
Duración | 110 minutos | |
Idioma(s) | Italiano | |
Compañías | ||
Distribución | Netflix | |
Ficha en IMDb Ficha en FilmAffinity | ||
Mussolini: último acto (italiano:Mussolini: Ultimo atto; inglés: Last Days of Mussolini) es una película italiana dramática-histórica de 1975 coescrita y dirigida por Carlo Lizzani. Es protagonizada por Rod Steiger, Franco Nero, Lisa Gastoni, Lino Capolicchio y Henry Fonda. El filme narra la caída del dictador italiano Benito Mussolini. La banda sonora fue compuesta por Ennio Morricone, por entonces de 47 años de edad.
En 1945, Benito Mussolini viaja a Milán para hablar con el arzobispo Alfredo Ildefonso Schuster, con el fin que le ayude a escapar desde Italia. La República Social Italiana, último bastión del fascismo, está decayendo, mientras los partisanos están a punto de ganar Milán. Mussolini huye, seguido por su amante Claretta Petacci, logrando llegar al pueblo norteño de Dongo. Allí se encuentra con los alemanes, quienes le ordenan vestirse como un oficial alemán, para evitar ser capturado por los partisanos. Mussolini acepta sin objeción, siempre esperando por una revuelta de sus fascistas leales, pero él está en peligro. Cuando Mussolini es reconocido, el líder de los partisanos, Walter Audisio quería entregarlo a los americanos, para que sea procesado en la justicia. Pero los crímenes de guerra del Duce son demasiados; entonces, Audisio decide, finalmente, dispararle frente a la Villa Belmonte en la aldea Giulino, junto a su amante.