La radiación ha sido estudiada durante décadas por su impacto en la salud humana. Desde la energía liberada por el sol hasta las emisiones de los dispositivos electrónicos, la radiación se encuentra en todas partes y puede tener efectos perjudiciales en el cuerpo.
La radiación ionizante es aquella que tiene suficiente energía para ionizar los átomos y moléculas en su camino. Esto significa que puede romper las células y dañar el ADN. Los ejemplos de radiación ionizante incluyen los rayos X y gamma, la radiación emitida por los isótopos radiactivos y los rayos cósmicos.
La radiación no ionizante es aquella que no tiene suficiente energía para ionizar los átomos y moléculas en su camino. Los ejemplos de radiación no ionizante incluyen las ondas de radio, los campos electromagnéticos generados por los dispositivos electrónicos, la luz visible y la luz infrarroja.
La exposición a la radiación ionizante puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer, especialmente en el caso de exposiciones a largo plazo o exposiciones a dosis altas. La radiación puede dañar el ADN dentro de las células, lo que puede provocar una mutación y el crecimiento anormal de las células. Los tipos de cáncer asociados con la exposición a la radiación incluyen leucemia, cáncer de tiroides, cáncer de mama y cáncer de pulmón.
La exposición a la radiación ionizante también puede afectar al sistema inmunológico y hacer que sea menos eficaz en la lucha contra las infecciones. Los estudios han demostrado que la exposición a la radiación puede reducir el número de células del sistema inmunológico y disminuir su capacidad para reconocer y combatir los invasores.
La exposición a la radiación puede tener efectos en el sistema nervioso, especialmente en el cerebro. Los estudios han demostrado que la exposición a la radiación puede provocar cambios cognitivos, como problemas de memoria y de atención. También se ha encontrado que la exposición a la radiación puede aumentar el riesgo de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer.
La exposición a la radiación ionizante también puede provocar mutaciones genéticas en las células reproductoras. Esto puede provocar defectos de nacimiento y enfermedades genéticas en la descendencia.
Existen medidas que pueden ayudar a reducir la exposición a la radiación y proteger la salud humana. Estos incluyen:
La radiación es un fenómeno omnipresente en la sociedad moderna que puede tener efectos negativos en la salud humana. Diferentes tipos de radiación tienen diferentes efectos en el cuerpo, pero la exposición a largo plazo a la radiación ionizante puede aumentar el riesgo de cáncer, afectar al sistema inmunológico y nervioso, y provocar mutaciones genéticas. Los esfuerzos para reducir la exposición a la radiación, tanto a nivel individual como en el lugar de trabajo, pueden ayudar a minimizar los riesgos para la salud.