Variedad lingüística

Apariencia mover a la barra lateral ocultar La «pirámide» que presenta las relaciones entre las variedades geográficas y sociales de una lengua.

Una variedad, variante o modalidad lingüística es una forma específica de lengua natural, caracterizada por un conjunto de rasgos lingüísticos usados por una determinada comunidad de hablantes vinculados entre sí por relaciones sociales, geográficas o culturales.

Las variedades lingüísticas son distintas formas que adquiere una misma lengua de acuerdo al lugar en que vive el hablante (esta variedad se denomina dialecto), a su edad (esta variedad se llama cronolecto) y a su grupo social donde también influye el nivel de educación (sociolecto). Las diferencias pueden estar relacionadas con el vocabulario, la entonación, la pronunciación o la confección de expresiones; y en general se manifiestan más claramente en la oralidad que en la escritura. De esta forma, cuando se escucha hablar a alguien, es posible suponer en qué región reside (si en la zona Metropolitana o la zona rural, por ejemplo), de qué grupo etario forma parte (es un niño, un adolescente, un adulto, un anciano, etcétera) y qué nivel educativo tiene.

El término variedad es una forma neutral de referirse a las diferencias lingüísticas entre los hablantes de un mismo idioma. Con el uso del término variedad se pretende evitar la ambigüedad y falta de consenso en el uso de términos como lengua o dialecto, ya que no existen criterios unívocos para decidir cuándo dos variedades deben ser consideradas como la misma lengua o dialecto, o como lenguas o dialectos diferentes.

Tipos de variedades lingüísticas

Las variedades pueden ser distinguidas, además de por su vocabulario, por diferencias en su gramática, fonología y prosodia. Existen diversos factores de variación posible asociados a la geografía, la evolución lingüística, los factores sociolingüísticos o el registro lingüístico.

A estos cambios de tipo geográfico se les llama dialectos (o más propiamente geolectos) y, a su estudio, dialectología. Es importante aclarar que este término no tiene ningún sentido negativo, pues, ha sido común llamar dialecto a lenguas que supuestamente son “simples” o “primitivas”. Hay que tener presente, ante todo, que todas las lenguas del mundo, desde el punto de vista gramatical, se encuentran en igualdad de condiciones y que ningún idioma es más evolucionado que otro. Por eso, es ilógico afirmar que una lengua es mejor que otra. Los dialectos son, entonces, la forma particular con la que una comunidad habla una determinada lengua. Desde este punto de vista, se suele hablar del inglés británico, del inglés australiano, etc. Sin embargo, hay que tener presente que los dialectos no presentan límites geográficos precisos, sino que, al contrario, se ha visto que estos son borrosos y graduales. De ahí que se considere que los dialectos que constituyen una lengua forman un continuum sin límites precisos. Se suele decir que una lengua es un conjunto de dialectos cuyos hablantes pueden entenderse entre sí. Sin embargo, esto puede ser aproximadamente válido para el español, no parece serlo para el alemán, ya que hay dialectos de esta lengua que son ininteligibles entre sí. Por otro lado, se suele citar como ejemplo a hablar de lenguas escandinavas, cuando, en realidad, un hablante sueco y uno danés se pueden entender usando cada uno su propia lengua. En lo que respecta al español, tradicionalmente se ha considerado que existen dos variedades generales: el español de España y el español de América. Tomando en consideración este factor, los especialistas hablan de la existencia de diversos registros o estilos. De este modo, los enunciados “A los que estaban allí les entró risa cuando oyeron lo que les dijo el que hablaba” y “Las palabras emitidas por el conferenciante suscitaron la hilaridad del auditorio” difieren en su registro. Los hablantes, al momento de expresarse, deben elegir un registro adecuado a la circunstancia en que se encuentra. No existe acuerdo en cuanto a cuántos y cuáles tipos de registros existen. Por lo general, se distinguen los siguientes: solemne, culto o formal, estándar, profesional, coloquial, vulgar y jergal. Un ejemplo es una conversación formal e informal que puede ser entre un grupo de amigos que hablan no tan educadamente y un grupo de compañeros de trabajo que hablan en una forma muy educada. En muchas regiones de América, el uso de los pronombres vos y usted se encuentran dentro de este tipo de variación, pues el primero se utiliza en contextos informales, mientras que el segundo se usa en situaciones formales. Así, todos somos susceptibles de ser interpelados con vos o con usted dependiendo del evento en que nos encontremos.

Los vulgarismos e idiotismos son a veces considerados como formas de estilo, al estar limitados a variaciones de léxico, mientras que los argots pueden ser incluidos tanto en el concepto de variedad como de estilo.

Otros factores de variación

Algunos estudiosos sostienen que aspectos físicos y biológicos de los individuos, como la pertenencia a un género o identidad sexual, pueden constituirse en factores de variación dentro de una lengua; sin embargo, no existen datos definitivos sobre estos aspectos.

Otras variedades lingüísticas

En sociolingüística se utilizan además, y entre otros, los siguientes términos, para diferenciar formas del habla que no son compartidas por el conjunto de los hablantes de un idioma o dialecto:

Véase también

Referencias

  1. Álvarez, 2006; 23
  2. Álvarez, 2006; 28
  3. Álvarez, 2006; 34
  4. Arroyo Cantón, Carlos; Berlato Rodríguez, Perla (2012). «La comunicación». En Averbuj, Deborah, ed. Lengua castellana y Literatura. España: Oxford University Press. p. 407. ISBN 9788467367966.  |fechaacceso= requiere |url= (ayuda)
  5. a b c Álvarez, 2006; 59-61

Bibliografía