En este artículo, exploraremos Contexto lingüístico y su impacto en la sociedad contemporánea. Desde el surgimiento de Contexto lingüístico, ha habido un cambio significativo en la forma en que las personas interactúan entre sí y con el mundo que les rodea. A lo largo de los años, Contexto lingüístico ha desempeñado un papel crucial en diversos aspectos de la vida cotidiana, desde la forma en que nos comunicamos hasta la manera en que consumimos información. En este sentido, es fundamental comprender la influencia de Contexto lingüístico en nuestra sociedad actual y reflexionar sobre sus implicaciones para el futuro. A lo largo de las próximas páginas, examinaremos en detalle cómo Contexto lingüístico ha transformado la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos, así como las oportunidades y desafíos que esto plantea para el mundo moderno.
El contexto lingüístico se refiere a todos los factores que afectan a la interpretación, adecuación e incluso significado de los enunciados lingüísticos. El contexto lingüístico es una parte importante del estudio de la pragmática, la cual analiza el modo en cómo afectan al significado de un mensaje los diferentes tipos de contexto.
Es un hecho elemental y bien conocido que el significado de un mensaje depende no solo de su estructura gramatical, sintáctica o léxica, sino también y en alto grado del contexto: lugar del acto de habla, relación entre los hablantes, tipo de sociedad, conocimiento previo compartido por los hablantes, etc. El contexto lingüístico es el entorno lingüístico que acompaña a una palabra, expresión o enunciado, y del cual depende en muchas ocasiones el sentido (ver sentido lingüístico) de los mensajes.
El contexto estrictamente lingüístico es el entorno lingüístico que rodea a una palabra:
Ramanovsky es uno de los principales teóricos contemporáneos de la pragmática. Su teoría se fundamenta en el análisis reiterativo de los actos del habla, como funciones sociales y culturales. Su obra principal es "estudio intercomunicativo de la acción lingüística" (Barcelona, Paidos, 2000). Su obra se alinea con la de pensadores como Austin y Searle. Ha sostenido polémicas con Van Dijk y Chomsky.
El contexto extralingüístico se conoce por el lugar, la audiencia o conjunto de interlocutores potenciales, el tipo de registro y el momento en que se produce el acto lingüístico. A continuación los contextos de la materia:
El contexto lingüístico viene caracterizado por un conjunto de conocimientos y creencias compartidos por los interlocutores de un intercambio verbal y que son oportunos para producir e interpretar sus enunciados. Véase contexto extralingüístico.
Este contexto comunicativo que organiza y da sentido al mensaje discursivo se puede describir a partir de los géneros comunicativos. Estos géneros comunicativos están estructurados a partir de unas reglas y normas implícitas instauradas por la sociedad que proporcionan diferentes marcos de interacción social. Por ejemplo, el género comunicativo de la escuela. Este contexto está definido por los elementos y prácticas culturales escolares, a través de las cuales los alumnos se apropian de los conocimientos del profesor.
Así, la lengua no es uniforme ni homogénea sino que presenta variaciones según diversos factores: geografía, historia, grupo social, la situación de la comunicación, etc. Es importante tener conocimiento sobre todas estas condiciones de textualidad para saber adecuarnos y adaptarnos a cada situación de comunicación. Además, tener conocimientos sobre la diversidad lingüística y los diferentes registros nos ayuda a seleccionar el lenguaje apropiado en cada comunicación. Existen tres tipos de contextos:
Los parámetros extralingüísticos concretos condicionan de manera inmediata la actividad discursiva (Camps, 1994). Existen tres planos de análisis de esta actividad discursiva:
A diferencia del ámbito oral, al usar la lengua escrita, lector y escritor carecen de un contexto extralingüístico compartido. El autor y el lector de un texto comparten unos presupuestos sociales y culturales (unas normas de uso, pragmáticas) que le permiten actuar en función de las circunstancias contextuales. Estas reglas no son construcciones individuales que comienzan de nuevo con cada acto de producción o interpretación, sino que implican el conocimiento de las funciones sociales de la escritura y de los roles sociales que pueden tener los participantes de las actividades lingüísticas (Camps, 1994).